PICUDO ROJO: ¿SANEAMIENTO O TALA?
Poner fin a la destrucción perjudicial y contraproducente de las palmeras infestadas por el picudo rojo La Dirección General de Agricultura y Ganadería de la Generalitat de Cataluña acaba de abandonar oficialmente la medida obligatoria de destrucción de las palmeras infestadas por el picudo rojo de las palmeras. Con estas palmeras, la obligación es de retirar y destruir solamente la parte de las mismas que esté infestada (Orden del 6 de mayo de 2009 publicada el 12 de mayo en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña). Este cambio constituye para nosotros una inmensa satisfacción, pues demuestra que la validez de la técnica de saneamiento de palmeras ha sido por fin oficialmente reconocida en España. Hemos sido los primeros en poner a punto esta técnica después de haber establecido el modo de infestación de las palmeras canarias (publicado en la revista Phytoma en 2008). Desde hace casi dos años, solicitamos que se abandone la destrucción obligatoria de las palmeras infestadas y que se adopte el saneamiento dentro de una nueva estrategia de control integrado de esta plaga. Desde febrero de 2008, el saneamiento de las palmeras infestadas está autorizado en Italia en casos específicos. Además, un número creciente de municipalidades en varios países aplica ya esta técnica. Ahora que Cataluña ha tomado esta decisión, esperamos que las otras autonomías españolas y todos los países europeos la adopten rápidamente. Pero, es de lamentar que haya habido que llegar, para la adopción de esta decisión, a perder un patrimonio extremadamente precioso con el abatimiento de decenas de miles de palmeras, de las que la mayoría hubiera podido ser salvada y cuya eliminación no ha permitido en absoluto el control de la plaga. Centrar la estrategia de control de esta plaga y consagrar todos los medios en la destrucción de las palmeras infestadas sólo podía llevar a un callejón sin salida y a un fracaso absoluto. Los partidarios de la tala que rechazan admitir, contra toda evidencia, que el saneamiento constituye una alternativa formidable, cometen el error de creer o acaban por creer que eliminando una palmera infestada eliminan el foco de dispersión de la plaga. No comprenden o bien olvidan que si se ha detectado una palmera como infestada, es porque esta palmera lo ha sido a partir de otra palmera infestada presente en los alrededores (foco). A partir de esa o de esas palmeras, fuente de picudos, otras palmeras aún no detectadas ya han sido infestadas y otras van a serlo, amplificando rápidamente la dispersión si no se hace nada para impedirlo. Después de la tala como tras el saneamiento, queda aún pues mucho que hacer para controlar la plaga mientras que los partidarios de la tala enfocan toda su estrategia sobre esta operación y dedican a ella todos los medios disponibles. Rápidamente la erradicación de esta plaga se ha transformado en la erradicación de las palmeras en una persecución sin fin, condenada por naturaleza al fracaso y muy costosa. La obligación de triturar integralmente los troncos de las palmeras infestadas ha resultado, en especial, muy caro a la colectividad mientras que era una medida totalmente inútil, puesto que el picudo se localiza fundamentalmente en la base de las palmas y, en ocasiones, en una pequeña zona superior del tronco. Tras gastar decenas de millones de euros, la estrategia de destrucción obligatoria e integral de las palmeras infestadas ha desembocado, como se ha demostrado en España en Italia o en Francia, no a controlar los focos sino a hacerlos aún más virulentos. La situación ha llegado a ser de tal manera incontrolable que las administraciones en esos países, abocados a realizar gastos cada vez mayores, han acabado por abandonar la partida, dejando a su suerte a los propietarios, municipalidades, particulares y profesionales. En lo que concierne a estos propietarios, nos parece un fallo serio que, en el nuevo decreto de la Generalitat Catalana, no figure ningún artículo previendo su implicación. En el transcurso del Taller Internacional sobre el control del picudo rojo, que organizamos en Elche los días 23 y 24 de abril 2007 y en el que participaron los representantes de todos los servicios de sanidad vegetal de los países mediterráneos, las recomendaciones elaboradas con la unanimidad de los participantes, insistían sobre la importancia de la movilización de todos los actores implicados y principalmente del papel clave que debían jugar los municipios. Las medidas reglamentarias que no toman en cuenta este último punto, privan a la administración de un elemento clave del éxito para el control de esta plaga. Se trata, en efecto, de una plaga que afecta esencialmente el patrimonio ornamental de los espacios urbanos, públicos o privados. La segunda razón que, a parte de la medida errónea de destrucción de las palmeras, explica el fracaso del control del picudo en España ha sido que los servicios de sanidad vegetal no han contado con los municipios ni siquiera en muchos casos les han mantenido informado de sus actividades. Este comportamiento está relacionado con la actitud de exclusivo monopolio sobre este asunto que han adoptado varios de estos servicios en los países europeos, con el pretexto de que el picudo rojo es una plaga de cuarentena. En la Comunidad Valenciana, esta actitud tuvo consecuencias graves sobre las investigaciones. Condujo en 2005 al entonces Director General de Agricultura a denegar, sin ninguna razón válida, a la Estación Phoenix la posibilidad de diseccionar palmeras infestadas antes de su destrucción. Si lo hubieran autorizado, hubiéramos probablemente, puesto a punto mucho antes la técnica de saneamiento de las palmeras infestadas y decenas de miles de palmeras hubieran podido ser salvadas. Por último, nos parece incoherente y peligroso que la obligación de destrucción de las palmeras infestadas se haya mantenido en esta orden catalana para los viveristas. Incoherente pues no se entiende porqué el saneamiento podría ser adoptado por todos excepto por ellos, peligroso pues se corre el riesgo de inducir a ciertos profesionales a no señalar y a esconder o destruir furtivamente los pies infestados. Se ha realizado un gran paso con la adopción del saneamiento pero queda aún mejorar los reglamentos fitosanitarios para que respeten las recomendaciones elaboradas por los mejores expertos de esta plaga en 2007 y que se modifican con extrema rapidez para tener en cuenta la experiencia acumulada y los resultados conseguidos desde esta fecha. Michel Ferry Experto INRA y FAO de las palmeras Director científico de la Estación Phoenix