EN JAPÓN NO SE PUEDE APAGAR EL SOL A MANGUERASOS.
Artículo de opinión de Amalia Bosch Benitez, candidata a la Presidencia del Cabildo de Gran Canaria.
Volcanes, tsunamis, terremotos, son la manifestación de que habitamos un planeta que está vivo. Un planeta que todos los días necesita liberar tensiones para que el ciclo geológico prosiga el curso que se inició hace miles de millones de años.... Ese itinerario geológico tiene sus paradas y sus transbordos, pero no espera por los seres humanos, no cuentan para nada en la historia de la formación de los continentes ni de los océanos.
Hoy, ha sido Japón, ayer fue Christchurch y anteayer Haití. Seres humanos machacados por una lógica dura como la piedra y fluida como la lava o el agua del tsunami, que nada sabe del padecimiento de familias enteras, víctimas de la transformación geológica de nuestro planeta.
No se puede condenar o castigar al planeta por ser lo que es. El debate colateral que ha puesto sobre la mesa la cuestión de la energía nuclear, no estaba sobre la agenda de los partidos, ni de los estados. El planeta ha vuelto a poner a cada cual en su sitio.
El lobby nuclear ha estado activo estos últimos años presionando a nuestros gobernantes para que perdieran el miedo a la energía atómica. El PP habla abiertamente de su apoyo a las nucleares y el PSOE ha abierto la puerta a la prolongación de la vida de las centrales nucleares en su reciente Ley de Economía Sostenible.
Merkel, en una jugada política brillante, se ha dado un respiro para no perder las próximas elecciones en BAden Wuttermberg. El tsunami les ha destrozado los planes a todos. Como decía un buen amigo mío: hemos aprendido a hacer fuego, pero no a controlarlo. Somos aprendices de brujo, expertos en esconder bajo la alfombra las consecuencias de nuestro actos.
¿Que nuestra sociedad consumista genera más basura de la que podemos reciclar? Respuesta: Hagamos más vertederos, enterrémosla o quemémosla.
¿Que tenemos un exceso de CO2 en la atmósfera? Aprovechemos la geología y secuestremos el carbono para enterrarlo en el subsuelo.
¿Que las centrales nucleares producen residuos peligrosos? Sumerjámoslos en las profundidades submarinas.
No hay investigación para resolver los problemas, solo soluciones para enterrarlos. Somos expertos en enterrar basura de todo tipo, pero nos creemos más listos que nadie. Ojos que no ven, corazón que no siente. Seguimos votando solo al que nos vende la seguridad aparente de haber acabado con el problema.
La seguridad de las centrales nucleares no es más que el resultado de un espejismo tecnológico y mediático. En Japón, el país del sol naciente, están luchando salvajemente para enfriar una reacción nuclear que amenaza a toda la población y al mundo entero tras el fatídico tsunami.
Hay quien sigue afirmando que las centrales nucleares son seguras, que resistieron el terremoto de grado nueve y que fue el tsunami el que fastidió el sistema de refrigeración. De nuevo, un espejismo tecnológico de falsa seguridad.
Solo hay seguridad completa cuando los efectos de un accidente se circunscriben al presente. No es comparable, como quieren decir algunos, al hecho de que se rompa un embalse. Mueren personas, pero no se compromete el futuro de las generaciones siguientes.
La energía que el Sol emite proviene de una fusión nuclear, lo mismo que está sucediendo ahora en un reactor de Japón, en una central nuclear supuestamente segura y límpia.
En Japón están luchando para evitar un nuevo Hiroshima, para evitar la muerte o la enfermedad de millones de personas, y la contaminación de otras ciudades, mares, ríos, suelos, etc... Hay quien cree que puede controlar lo incontrolable y por eso en Fukushima están intentando apagar el sol a manguerazos.
Mas Información: Amalia Bosch Benitez 639607107
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