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TENERIFE:Las claves del incendio (I) El primer operativo de urgencia huyó del conato

TENERIFE:Las claves del incendio (I) El primer operativo de urgencia huyó del conato

DANIEL MILLET / SANTA CRUZ DE TENERIFE La enésima acción de un pirómano en Los Campeches, en la medianía alta de Los Realejos, y un clima extremo propiciado por la segunda mayor ola de calor registrada en Canarias fueron los principales culpables del incendio que se declaró en Tenerife el pasado lunes 30 de julio y que afectó a un total de 15.000 hectáreas. Pero, ¿qué ocurrió durante el operativo?, ¿qué circunstancias concurrieron para que el conato se convirtiera en el fuego más voraz que se recuerda en la Isla? Una docena de miembros de la plantilla contraincendios del Cabildo Insular entrevistados por este diario criticaron la descoordinación y el fracaso del primer despliegue de emergencia, mientras la corporación atribuye el desastre a condicionantes externos.
Ambas partes coinciden en que la mañana del lunes los medios de guardia huyeron, dejando detrás un vehículo que ardió, después de atacar el conato. Según el personal experto del Cabildo, la brigada de tierra que actuó al recibir el primer aviso pertenece al equipo de refuerzo del grupo de empresas contratado por la corporación y carecía de la experiencia necesaria. "Cuando la brigada de la Unión Temporal de Empresas (UTE) llegó, muchos se asustaron. Lo comprendemos: son muchachos, en su mayoría jóvenes no cualificados. Salieron corriendo y salvaron sus vidas. Los veías venir exhaustos. Decían que habían sufrido un golpe de calor. El que menos tenía 104 pulsaciones. En un golpe de calor la tensión baja. Lo que tenían era pánico", dijo uno de los expertos.

Inexperiencia en la UTE
Las críticas de técnicos y operarios en plantilla sobre la falta de cualificación de la parte subcontratada, que vendría a suponer la mitad de los medios personales totales, no son nuevas. Para ellos, en el último incendio fue "un factor importante" porque "no atajar el conato es un fracaso del operativo". Wladimiro Rodríguez, consejero de Medio Ambiente, y Humberto Gutiérrez, director de extinción de la administración insular, admiten que el personal huyó, pero matizan las circunstancias. "Claro que echaron a correr. Yo mismo también corrí dejando atrás un vehículo que ardió. No se pudo hacer nada", opina el primero. Gutiérrez añade: "El fuego se detectó y a los diez minutos teníamos una brigada de tierra de la UTE, una brigada helitransportada del mejor de nuestro personal, un helicóptero apoyando con descargas, una autobomba, dos técnicos y un agente. Teníamos medios en Los Campeches, porque como ya se sabe muchos fuegos habían comenzado allí. La actuación fue inmediata y todo lo eficaz que se pudo. El problema es que el fuego se desató muy rápido y por temas de seguridad hubo que abandonar".
Hubo más quejas de la docena de trabajadores entrevistados, ninguno de los cuales dio su identidad por temor a represalias: no se contó hasta el día después con muchos de ellos cuando son los que conocen el fuego y el terreno, hubo ausencias en la cadena de coordinación desde el principio, la improvisación se impuso al criterio, muchos de los operarios de la parte privada del operativo ni siquiera conocían la zona ni sus particularidades -ya no sólo cómo actuar ante el fuego-, la UTE era nueva esta campaña, algunos núcleos de población quedaron sin protección la misma noche del lunes e incluso hubo dificultades en las comunicaciones.
Wladimiro sí admite que podía haber cierta relajación después de muchos años sin un incendio importante y que él particularmente prefiere "a los expertos en plantilla", pero defiende el despliegue, asegura que los trabajadores de las empresas contratadas "están preparados" e insiste en que "el fuego fue de una voracidad pocas veces vista" y que "lo que no se puede hacer es colocar un vehículo en cada pino o actuar con temeridad".
Mientras, Humberto Gutiérrez, que se estrena este año al frente del dispositivo insular tras 12 años de trabajo en los montes de las Islas como ingeniero superior, alega "un ejemplo ilustrativo": "Todos los años hay cien incendios en Tenerife. Y todos los años se habían apagado con los mismos equipos de personal propio y de refuerzo. Si en 24 años no había pasado esto, tan mal no vamos. Lo que no vale ahora es que algo que también ocurrió en Gran Canaria y en La Gomera, y que ha pasado en años anteriores en La Palma y El Hierro, vaya a provocar un cuestionamiento profundo del operativo". "Aceptamos las críticas constructivas y está claro que siempre se puede mejorar", añadió Gutiérrez, pero el operativo funcionó bien y el fuego se paró en el cortafuegos de Los Realejos. El viento tampoco era tan estable como se está diciendo. Era a ratos muy racheado. Con varias pavesas que cayeran al suelo, podía haberse quemado el Valle y los daños habrían sido muchísimo mayores".
No están tan de acuerdo con esto los veteranos. "El viento iba de este a oeste. La posibilidad de que el fuego se propagase por La Orotava era casi nula. Ese éxito, como otros que se vendieron, son invención". Un ejemplo del caos organizativo, siempre según los trabajadores en plantilla, fue que cuatro vehículos pesados ardieron en la casa forestal de La Montañeta sin que siquiera fueran desplegados. El Cabildo confirmó que se perdieron, pero no lo atribuyó a la desorganización.
Las críticas se extienden a responsables municipales y vecinos de las zonas afectadas, que no se identifican con "el triunfalismo del Cabildo". Existe la sensación de que "se pudo hacer más". La corporación lo desmiente, mientras científicos y comités de expertos de todo el mundo estudian la necesidad de introducir cambios en las estrategias de combate ante los nuevos incendios del cambio climático y piden un personal de alta cualificación. Si no, las llamas se harán imparables.

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:http://www.laopinion.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2866_2_98373__TENERIFE-brigada-privada-actuo-incendio-tenia-experiencia

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