PELIGROSOS BOSQUES TRANSGÉNICOS
La FAO advierte de la necesidad de evaluar los riesgos de modificaciones genéticas en el sector forestal
En un estudio sobre el tema, la FAO señala que el uso de la biotecnología forestal se concentra en un 70% en los países desarrollados, con Estados Unidos, Francia y Canadá como protagonistas.
La India y China son las dos naciones más activas en la materia dentro del grupo de países en desarrollo o con economías de transición.
Aunque la biotecnología forestal se extiende al menos a 140 especies de árboles, la mayor parte de esta actividad -un 60%- se centra en seis géneros: Pinus, Eucalyptus, Picea, Populus, Quercus y Acacia.
De las cerca de 2.700 iniciativas en biotecnología registradas en el mundo en la última década, la modificación genética representa alrededor del 19%.
En conjunto, la manipulación genética en el sector forestal se realiza al menos en 35 países, aunque se supone que en la mayoría de los casos se trata de experimentos de laboratorio, con algunas pruebas sobre el terreno, según la FAO.
En el mundo se llevan a cabo actualmente más de 210 ensayos de árboles genéticamente modificados en un total de 16 países, aunque la mayoría de estas pruebas tiene lugar en Estados Unidos y se limita esencialmente a las especies Populus, Pinus, Liquidambar y Eucalyptus.
Tan sólo China ha aceptado la distribución comercial de árboles transgénicos, con cerca de 1,4 millones de plantas en una superficie de 300-500 hectáreas en 2002.
"La manipulación genética no es intrínsecamente buena o mala", aseguró Pierre Sigaud, experto en recursos genéticos forestales de la FAO. "Es esencial que exista un marco regulador que pueda aplicarse caso por caso en el campo de la investigación y el uso de los árboles modificados genéticamente. La cuestión traspasa el nivel nacional, ya que la circulación del polen y la dispersión de semillas no tienen en cuenta las fronteras y a causa del comercio de la madera a nivel mundial".
Las ventajas potenciales de los árbo les transgénicos son un incremento en la producción de madera, así como un incremento de la calidad y de la resistencia a los insectos, las enfermedades y los pesticidas. Además, los costos de producir y procesar la madera o las virutas se reducen, así como el costo financiero y medioambiental de la fabricación de papel.
Pero la utilización de árboles transgénicos no está exenta de riesgos, según la FAO. Entre los riesgos potenciales figuran la inestabilidad de los transgénicos, el fracaso de las plantaciones, la escasa calidad de la madera, el desarrollo de una tolerancia a las características modificadas por parte de los insectos u organismos patógenos y la dispersión de genes modificados en los ecosistemas naturales.
"Dado que la manipulación genética de árboles está ya entrando en su fase comercial con el género Populus en China, es muy importante que se lleven a cabo estudios de evaluación del impacto ambiental con la metodología acordada a nivel naciona l e internacional. Es también importante que los resultados de estos estudios tengan una amplia difusión", apuntó el informe.
"El valor económico de los productos forestales en el comercio mundial es sensiblemente inferior que el de los productos agrícolas y las ventajas económicas del empleo de la biotecnología en el sector forestal están todavía por demostrar", aseguró Sigaud. "Todavía no es posible alcanzar conclusiones sobre el impacto potencial de los bosques modificados genéticamente debido a la falta de información fiable", añadió.
El experto agregó que debido a que 95% de los bosques mundiales son naturales o seminaturales, el uso de árboles genéticamente modificados seguirá siendo un fenómeno relativamente limitado.
En un estudio sobre el tema, la FAO señala que el uso de la biotecnología forestal se concentra en un 70% en los países desarrollados, con Estados Unidos, Francia y Canadá como protagonistas.
La India y China son las dos naciones más activas en la materia dentro del grupo de países en desarrollo o con economías de transición.
Aunque la biotecnología forestal se extiende al menos a 140 especies de árboles, la mayor parte de esta actividad -un 60%- se centra en seis géneros: Pinus, Eucalyptus, Picea, Populus, Quercus y Acacia.
De las cerca de 2.700 iniciativas en biotecnología registradas en el mundo en la última década, la modificación genética representa alrededor del 19%.
En conjunto, la manipulación genética en el sector forestal se realiza al menos en 35 países, aunque se supone que en la mayoría de los casos se trata de experimentos de laboratorio, con algunas pruebas sobre el terreno, según la FAO.
En el mundo se llevan a cabo actualmente más de 210 ensayos de árboles genéticamente modificados en un total de 16 países, aunque la mayoría de estas pruebas tiene lugar en Estados Unidos y se limita esencialmente a las especies Populus, Pinus, Liquidambar y Eucalyptus.
Tan sólo China ha aceptado la distribución comercial de árboles transgénicos, con cerca de 1,4 millones de plantas en una superficie de 300-500 hectáreas en 2002.
"La manipulación genética no es intrínsecamente buena o mala", aseguró Pierre Sigaud, experto en recursos genéticos forestales de la FAO. "Es esencial que exista un marco regulador que pueda aplicarse caso por caso en el campo de la investigación y el uso de los árboles modificados genéticamente. La cuestión traspasa el nivel nacional, ya que la circulación del polen y la dispersión de semillas no tienen en cuenta las fronteras y a causa del comercio de la madera a nivel mundial".
Las ventajas potenciales de los árbo les transgénicos son un incremento en la producción de madera, así como un incremento de la calidad y de la resistencia a los insectos, las enfermedades y los pesticidas. Además, los costos de producir y procesar la madera o las virutas se reducen, así como el costo financiero y medioambiental de la fabricación de papel.
Pero la utilización de árboles transgénicos no está exenta de riesgos, según la FAO. Entre los riesgos potenciales figuran la inestabilidad de los transgénicos, el fracaso de las plantaciones, la escasa calidad de la madera, el desarrollo de una tolerancia a las características modificadas por parte de los insectos u organismos patógenos y la dispersión de genes modificados en los ecosistemas naturales.
"Dado que la manipulación genética de árboles está ya entrando en su fase comercial con el género Populus en China, es muy importante que se lleven a cabo estudios de evaluación del impacto ambiental con la metodología acordada a nivel naciona l e internacional. Es también importante que los resultados de estos estudios tengan una amplia difusión", apuntó el informe.
"El valor económico de los productos forestales en el comercio mundial es sensiblemente inferior que el de los productos agrícolas y las ventajas económicas del empleo de la biotecnología en el sector forestal están todavía por demostrar", aseguró Sigaud. "Todavía no es posible alcanzar conclusiones sobre el impacto potencial de los bosques modificados genéticamente debido a la falta de información fiable", añadió.
El experto agregó que debido a que 95% de los bosques mundiales son naturales o seminaturales, el uso de árboles genéticamente modificados seguirá siendo un fenómeno relativamente limitado.
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