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MAS EXIGENCIAS PARA LA IMPORTACIÓN DE TRANSGÉNICOS

LA UE EXIGIRÁ CERTIFICADOS A LAS IMPORTACIONES DE EEUU PARA EVITAR LA ENTRADA DE OGM PROHIBIDOS
INFOVERDES (18/04/05)

La Unión Europea exigirá a partir de la semana que viene a las importaciones de productos de maíz para piensos de animales procedentes de Estados Unidos un certificado que garantice que no contienen el transgénico 'Bt10', cuya comercialización está prohibida en territorio comunitario.
INFOVERDES (18/04/05)
La medida fue adoptada el pasado viernes por los Veinticinco, en un comité técnico, para evitar nuevos casos como el de la multinacional suiza de biotecnología Syngenta, que introdujo ilegalmente en la UE 1.000 toneladas de este organismo genéticamente modificado (OGM) procedentes de Estados Unidos.

El comisario responsable de Salud y Protección de los Consumidores, Markos Kyprianou, señaló que esta actuación era necesaria para "mantener la confianza de los consumidores y asegurarse de que el OGM prohibido Bt10 no puede entrar en la UE", y dijo que estaba diseñada para "afectar lo menos posible al comercio".

"Las importaciones de productos de maíz que estén certificadas como libres de Bt10 podrán continuar, pero al mismo tiempo no vamos a permitir que un transgénico que no ha pasado por nuestros rigurosos procedimientos de autorización pueda entrar en el mercado de la UE", apuntó.

Ello significa que el gluten de maíz procedente de Estados Unidos sólo podrá entrar en el mercado comunitario si va acompañado de un "informe analítico" realizado por un laboratorio acreditado que demuestre, basándose en un método adecuado y validado, que el producto no contiene Bt10, según informó el Ejecutivo comunitario. El problema ahora es el método de detección.

Syngenta ha suministrado a la UE uno que todavía no ha sido validado y por tanto no es fiable, según informó hoy el portavoz de Salud y Protección de los Consumidores de la Comisión, Philip Tod. Ahora, el Centro de Investigación Común de la UE, con sede en la localidad italiana de Ispra, participará para determinar si el test de validez es satisfactorio para los requisitos comunitarios.

Los Estados miembros serán los responsables de controlar las importaciones que entren en cada país, de impedir que cualquier partida contaminada pueda alcanzar el mercado y de analizar los productos que ya se están comercializando. A las empresas que importan desde EEUU les corresponde asegurarse de que los productos estén certificados como libres de Bt10.

De acuerdo con la información suministrada por las autoridades norteamericanas y la industria alimentaria europea, los alimentos para personas en la UE no están afectados y por ello no se les incluye en el ámbito de estas medidas de emergencia.

No obstante, los Estados miembros deberán controlar si hay productos alimentarios con OGM en sus mercados y si han resultado contaminados con Bt10, y deberán informar a la Comisión, que tomará medidas adicionales si la situación lo requiere.

Las autoridades norteamericanas notificaron por primera vez a la Comisión Europea la exportación involuntaria de Bt10 el pasado 22 de marzo y la decisión de exigir los certificados la tomó en una reunión urgente el Comité Permanente de la Cadena Alimentaria, formado por representantes de los Veinticinco y del Ejecutivo comunitario. La medida será adoptada ahora por la Comisión y entrará en vigor a principios de la semana que viene. Su revisión se prevé a finales de octubre de 2005.

REACCIÓN 'EXAGERADA'

Estados Unidos calificó la imposición de certificados para su producto de "reacción exagerada". "Las autoridades norteamericanas han determinado que no hay ningún riesgo para la salud, la seguridad o el medio ambiente relacionado con el Bt-10. No hay ninguna razón para esperar ningún impacto negativo de las pequeñas cantidades de Bt-10 que han entrado en la UE", declaró el portavoz de la misión norteamericana en Bruselas, Edward Kemp.

Todos los productos que contienen Bt-10 han sido destruidos o puestos en cuarentena para su eliminación y en 2005 no se cultivará ninguna línea de Bt-10 en Estados Unidos, aseguró. "Las autoridades norteamericanas continúan cooperando con la Comisión para facilitar información adicional", concluyó.

Por su parte, la organización ecologista Greenpeace acogió con satisfacción la iniciativa de los Veinticinco y señaló que significa una prohibición 'de facto' de todas las importaciones de maíz porque Syngenta no ha sido capaz de proporcionar hasta ahora un test de detección. No obstante, advirtió de que Europa sigue estando expuesta a exportaciones de alto riesgo de OGM ilegales en trigo, arroz, soja y colza, además del maíz.

"Europa se encuentra en la actualidad indefensa ante el riesgo de contaminación de OGM sospechosos de dañar la salud humana y el medioambiente. Mientras las autoridades de la UE no tengan los medios para analizar todos los transgénicos procedentes de EEUU y de otros lugares, debe decir 'no' a la entrada de cualquier alimento, pienso o semilla que puedan estar contaminados con OGM ilegales", declaró Christoph Then, experto en biotecnología de Greenpeace.

La organización ecologista reveló hace unos días que algunas partidas de arroz procedente de China habían resultado contaminadas con un transgénico no autorizado en ningún lugar del mundo. China exportó más de 15.000 toneladas de arroz a la UE en 2003.

"Europa debe dar rápidamente un seguimiento a su decisión sobre el Bt-10 y afrontar la amenaza más amplia de importaciones procedentes de todos los países que experimentan con OGM no autorizados y con cultivos tratados de alto riesgo.

El caso del Bt-10 ha puesto de relieve los enormes vacíos en los procedimientos de control a ambas orillas del Atlántico. Estas medidas no van a tapar estos vacíos", dijo el portavoz de Greenpeace.

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