QUÉ PELIGRO
LOS VERDES-PARTIDO VERDE CANARIO TIENEN UNA ACTITUD MAS POSIBILISTA: CONSIDERAN QUE POLITICAMENTE ES INEVITABLE LA APLICACION DEL MODELO DESCENTRALIZADO EN LAS COMPETENCIAS MEDIOAMBIENTALES, PERO A LA VEZ, Y PARA EVITAR SALTOS MORTALES, QUE PODRIAN DAR LUGAR AL VACIADO DE LOS PATRONATOS Y DEL CONSEJO DE LA RED NACIONAL, DEFIENDEN LA POTENCIACION DE LA RED EUROPEA NATURA 2000
ÁNGEL TRISTÁN PIMIENTA
La sentencia del Tribunal Constitucional reconociéndole a las
Comunidades Autónomas la gestión de los Parques Nacionales ha
puesto a muchos ciudadanos los pelos como escarpias. La decisión
del TC es lógica en la España refundada en la Constitución de
1978: la descentralización autonómica es de carácter progresivo,
y esta encomienda a las regiones entra en lo lógico y natural.
Pero dicho esto, la realidad es que la administración cercana
no es ninguna garantía de que las cosas se hagan bien. La experiencia
demuestra que en Canarias, y en materia de medio ambiente y patrimonio
histórico, lo más probable es que se aplique un criterio desarrollista
enfocado al aprovechamiento máximo. Mientras los mecanógrafos
judiciales pasaban la sentencia al ordenador y a los correos
electrónicos, la Fundación César Manrique reclamaba la ayuda
del humorista italiano Leo Bassi para que montara uno de sus
números dentro de los actos de protesta programados en contra
de la construcción de una carretera en medio de La Geria, que
no hay que olvidar está dentro de la Reserva de la Biosfera.
Los ecologistas han tenido dos tipos de reacciones: unos prefieren
que no se rompa la unidad y que los Parques Nacionales sigan
controlados desde Madrid por una organización que no se contamina
por lo próximo y que es inmune a las presiones de los políticos
de todo pelaje que no quieren perder inversiones. En estos momentos
hay varios contenciosos pendientes en la Península porque siempre
aparece una urbanización, ahora con campos de golf, que necesita
"unos pocos metros cuadrados de nada" de una zona protegida.
No obstante Los Verdes-Partido Verde Canario tienen una actitud
más posibilista: consideran que políticamente es inevitable la
aplicación del modelo descentralizado en las competencias medioambientales,
pero a la vez, y para evitar saltos mortales, que podrían dar
lugar al vaciado de los Patronatos y del Consejo de la Red Nacional,
defienden la potenciación de la Red Europea Natura 2000. "(...)
El Gobierno de Canarias debe entender que esta atribución de
competencia (...) no supone ninguna patente de corzo (sic) para
aumentar la presión sobre los parques, sino una oportunidad para
la integración de una gestión sostenible del territorio".
Pero, sin embargo, los temores no desaparecen. Otros ecologistas
manifiestan su convencimiento de que "poco a poco" los intereses
creados van a intentar ocupar parcelas protegidas "mediante diversas
fórmulas de conquista, tratando de convencer a la población de
que, hombre de Dios, tampoco es para tanto, que son muchos millones
de metros, y que cómo se va a negar uno a crear riqueza".
Lo cierto es que todas las sospechas en este sentido son, desgraciadamente,
fundadas. Entornos extraordinarios formados a lo largo de cientos
de años por la sabia combinación de la naturaleza y de la agricultura,
como el valle de La Orotava, son ahora una urbanización con algunas
huertas de plataneras a modo de decoración del conjunto. Desde
el mirador Humboldt, en un recodo de la antigua carretera general,
el cambio ha sido brutal. Cada día salen noticias en los periódicos
sobre la fiebre constructora alrededor de enclaves sensibles
como la Albufera de Valencia o Doñana.
Sin duda la hegemonía de los gobiernos regionales - y sus grupos
de presión- en este campo plantea serios riesgos. Hay suficientemente
´derecho comparado´ como para ir poniendo las barbas de remojo,
porque la ambición aldeana es de miras cortas. La única contramedida
posible es que funcione un gran pacto que garantice que los planes
rectores y la propia esencia de estos espacios será resguardada
y en la medida de lo posible ampliada. Pero no son buenos augurios
los criterios sobre la presencia y los fines de la COTMAC, que
como actúan de cortapisa a los caprichos del poder político
se ven amenazadas constantemente con avisos a navegantes. Todos
los sistemas de control suelen estorbar a los que se creen depositarios
permanentes y exclusivos de la fe y la voluntad popular, y que
si no levitan es por la fuerza de atracción de la Tierra, algo
que está fuera de su capacidad de manipulación.
Suele decirse, con no muy buenas intenciones, que Canarias es
el territorio español y europeo con más metros cuadrados sometidos
a protección. También tiene la mayor media de presas y de carreteras
asfaltadas. Pero la clave es si lo protegido debe estarlo, teniendo
en cuenta una serie de factores como la importancia del paisaje
en el propio desarrollo económico. A este respecto puede establecerse
una simple regla de tres: las expectativas turísticas son directamente
proporcionales a la mejor conservación de la naturaleza. Eso,
con independencia de la necesidad de dejar suficientes espacios
libres para que no se produzcan los problemas de crispación de
convivencia suficientemente analizados por los expertos sociales.
Puestos unos cobayas en una caja, vivían felices y contentos.
Colocada otra pareja, se observan algunas muestras de incomodidad.
Cuando aumenta el número, sencillamente se devoran entre sí.
Esto es ciencia.
(tristan@epi.es)
Fuente: La Provincia (20/11/04)
ÁNGEL TRISTÁN PIMIENTA
La sentencia del Tribunal Constitucional reconociéndole a las
Comunidades Autónomas la gestión de los Parques Nacionales ha
puesto a muchos ciudadanos los pelos como escarpias. La decisión
del TC es lógica en la España refundada en la Constitución de
1978: la descentralización autonómica es de carácter progresivo,
y esta encomienda a las regiones entra en lo lógico y natural.
Pero dicho esto, la realidad es que la administración cercana
no es ninguna garantía de que las cosas se hagan bien. La experiencia
demuestra que en Canarias, y en materia de medio ambiente y patrimonio
histórico, lo más probable es que se aplique un criterio desarrollista
enfocado al aprovechamiento máximo. Mientras los mecanógrafos
judiciales pasaban la sentencia al ordenador y a los correos
electrónicos, la Fundación César Manrique reclamaba la ayuda
del humorista italiano Leo Bassi para que montara uno de sus
números dentro de los actos de protesta programados en contra
de la construcción de una carretera en medio de La Geria, que
no hay que olvidar está dentro de la Reserva de la Biosfera.
Los ecologistas han tenido dos tipos de reacciones: unos prefieren
que no se rompa la unidad y que los Parques Nacionales sigan
controlados desde Madrid por una organización que no se contamina
por lo próximo y que es inmune a las presiones de los políticos
de todo pelaje que no quieren perder inversiones. En estos momentos
hay varios contenciosos pendientes en la Península porque siempre
aparece una urbanización, ahora con campos de golf, que necesita
"unos pocos metros cuadrados de nada" de una zona protegida.
No obstante Los Verdes-Partido Verde Canario tienen una actitud
más posibilista: consideran que políticamente es inevitable la
aplicación del modelo descentralizado en las competencias medioambientales,
pero a la vez, y para evitar saltos mortales, que podrían dar
lugar al vaciado de los Patronatos y del Consejo de la Red Nacional,
defienden la potenciación de la Red Europea Natura 2000. "(...)
El Gobierno de Canarias debe entender que esta atribución de
competencia (...) no supone ninguna patente de corzo (sic) para
aumentar la presión sobre los parques, sino una oportunidad para
la integración de una gestión sostenible del territorio".
Pero, sin embargo, los temores no desaparecen. Otros ecologistas
manifiestan su convencimiento de que "poco a poco" los intereses
creados van a intentar ocupar parcelas protegidas "mediante diversas
fórmulas de conquista, tratando de convencer a la población de
que, hombre de Dios, tampoco es para tanto, que son muchos millones
de metros, y que cómo se va a negar uno a crear riqueza".
Lo cierto es que todas las sospechas en este sentido son, desgraciadamente,
fundadas. Entornos extraordinarios formados a lo largo de cientos
de años por la sabia combinación de la naturaleza y de la agricultura,
como el valle de La Orotava, son ahora una urbanización con algunas
huertas de plataneras a modo de decoración del conjunto. Desde
el mirador Humboldt, en un recodo de la antigua carretera general,
el cambio ha sido brutal. Cada día salen noticias en los periódicos
sobre la fiebre constructora alrededor de enclaves sensibles
como la Albufera de Valencia o Doñana.
Sin duda la hegemonía de los gobiernos regionales - y sus grupos
de presión- en este campo plantea serios riesgos. Hay suficientemente
´derecho comparado´ como para ir poniendo las barbas de remojo,
porque la ambición aldeana es de miras cortas. La única contramedida
posible es que funcione un gran pacto que garantice que los planes
rectores y la propia esencia de estos espacios será resguardada
y en la medida de lo posible ampliada. Pero no son buenos augurios
los criterios sobre la presencia y los fines de la COTMAC, que
como actúan de cortapisa a los caprichos del poder político
se ven amenazadas constantemente con avisos a navegantes. Todos
los sistemas de control suelen estorbar a los que se creen depositarios
permanentes y exclusivos de la fe y la voluntad popular, y que
si no levitan es por la fuerza de atracción de la Tierra, algo
que está fuera de su capacidad de manipulación.
Suele decirse, con no muy buenas intenciones, que Canarias es
el territorio español y europeo con más metros cuadrados sometidos
a protección. También tiene la mayor media de presas y de carreteras
asfaltadas. Pero la clave es si lo protegido debe estarlo, teniendo
en cuenta una serie de factores como la importancia del paisaje
en el propio desarrollo económico. A este respecto puede establecerse
una simple regla de tres: las expectativas turísticas son directamente
proporcionales a la mejor conservación de la naturaleza. Eso,
con independencia de la necesidad de dejar suficientes espacios
libres para que no se produzcan los problemas de crispación de
convivencia suficientemente analizados por los expertos sociales.
Puestos unos cobayas en una caja, vivían felices y contentos.
Colocada otra pareja, se observan algunas muestras de incomodidad.
Cuando aumenta el número, sencillamente se devoran entre sí.
Esto es ciencia.
(tristan@epi.es)
Fuente: La Provincia (20/11/04)
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