SANTA BRÍGIDA SOLICITA AL CABILDO LA INCOACIÓN DE BIEN DE INTERÉS CULTURAL PARA LA HACIENDA DE EL GALEÓN
Las investigaciones realizadas por el Cronista Oficial de la Villa constatan que se trata de la primera construcción urbana de la que hay noticias en este municipio. Pertenecía, en pleno siglo XVII, a la familia del capitán Salvador Alonso de Alvarado y su esposa Isabel de Orellana
El Ayuntamiento de la Villa de Santa Brígida ha solicitado al Cabildo de Gran Canaria la incoación de Bien de Interés Cultural (BIC), para la Hacienda de El Galeón. Según las investigaciones realizadas por el Cronista Oficial de la Villa constatan que se trata de la primera construcción urbana de la hay noticias en este municipio. Pertenecía, en pleno siglo XVII, a la familia del capitán Salvador Alonso de Alvarado y su esposa Isabel de Orellana.
La propuesta presentada en el Cabildo consta de un dossier de veintiséis folios documentando toda la información recopilada por nuestro cronista, por lo que se solicita la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Sitio Histórico, a favor de la “Casa y finca de El Galeón", situada en las inmediaciones del casco, junto al antiguo Palmeral de Satautejo, de acuerdo con la Ley 4/1999, de 15 de marzo, de Patrimonio Histórico de Canarias que en su artículo 18.1.d) define la categoría de Sitio Histórico como “Lugar o paraje natural vinculado a acontecimientos o recuerdos del pasado de destacado valor histórico, etnológico, paleontológico o antropológico”.
El concejal de LOS VERDES Antonio Ramírez, señaló que esta iniciativa “surge del trabajo y esfuerzo del Cronista Oficial de la Villa, Pedro Socorro Santana, que en la sesión ordinaria, celebrada el pasado mes de julio, del Consejo Municipal de Patrimonio Histórico, planteó la posibilidad de declarar ese lugar como Sitio Histórico”; propuesta que fue aprobada por unanimidad de todos los miembros, entre los que se encuentran representados fuerzas políticas, instituciones públicas y privadas, así como asociaciones de vecinos y técnicos independientes.
Se destaca de la investigación que, probablemente, la Hacienda fue sede provisional de la Real Audiencia de Las Palmas, cuando las autoridades de la isla se establecieron en La Vega durante la invasión de la poderosa armada holandesa, capitaneada por Pieter Van der Does en junio de 1599. Y que el topónimo El Galeón obedece a los galones o barcos de vela en el que arribó la tropa holandesa.
En el trabajo histórico se plantea la posibilidad de que la Hacienda de El Galeón, situada en las inmediaciones del casco de la Villa, pueda convertirse en el futuro en un centro de interpretación de la histórica Batalla del Lentiscal, pues una serie de datos históricos nos lleva a pensar que en ese inmueble se alojaron las autoridades de la isla, concretamente la Real Audiencia. Con todo, la idea es que la casa se convierta en museo que acoja toda la bibliografía existente, cuadros y objetos relacionados con la histórica Batalla.
La formación invasora tenía como primer objetivo el hacerse con las riquezas de la ciudad, que suponían trasladadas y escondidas en la Vega. Hacia la una de la tarde del 28 de junio de 1599, la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria cayó en poder de los holandeses. Autoridades y defensores la evacuaron en dirección a Santa Brígida, convertida en el cuartel general de la isla y el sitio donde se guardaron algunos de los tesoros evacuados de la ciudad.
La Real Audiencia se estableció en las casas del regidor de Gran Canaria, Guillén de Ayala en el verano de 1599. Durante días, aquella hacienda oculta entre la arboleda de Tasautejo fue refugio y hospedaje del regente de la Audiencia y su familia, así como la sede del archivo, mientras la famosa batalla del Batán tenía lugar -aquel sábado 3 de julio- en las inmediaciones del bosque. En esa casa se firmó, probablemente, la carta de la Real Audiencia enviada al Rey don Felipe III, el martes 29 de junio de 1599, escrita en el lugar de Santa Brígida, hostilizada a sus puertas por la expedición de soldados holandeses.
La casa del Galeón es un típico ejemplo de arquitectura tradicional canaria, que cuenta con un conjunto de casas, de una y dos plantas, con cubierta de tejas a dos aguas y sobre estructura de parhilera, más dos cuerpos de largas crujías rectangulares de una planta. Se observa, sin embargo, un progresivo deterioro. En este caso, el balcón era abierto en su frente, pero hay que señalar que el edificio ha sufrido algunas modificaciones en las últimas décadas del siglo XX, como añadidos posteriores que han modificado su estructura. El balcón, de madera, aparece hoy cerrado con ventanales, sobre pies derechos.
En el centro del inmueble destaca un patio en “U”, en parte empedrado, y edificaciones anexas con una superficie construida de 875 metros cuadrado, aproximadamente, y un total de la finca de 21.000 metros cuadrados. Como corresponde a una hacienda, junto a la parte del alojamiento, destacaban las dependencias propias de la explotación agraria, como alpendres, pajero, bodega, lagar y un oratorio (desaparecido) separado de la casa, así como varias instalaciones que fueron completándose en distintos momentos y una extensa finca, en otro tiempo mayor, con huertas y cercados en bancales, y que a lo largo del pasado siglo se ha ido segregando.
El inmueble tiene un gran interés etnográfico, de alto valor científico, y está catalogado con el código 04890 en la Carta Etnográfica del Cabildo de Gran Canaria, ya que por sus valores arquitectónicos y por su significación en el panorama histórico es uno de los edificios de mayor singularidad de la arquitectura canaria y uno de los ejemplos más destacados de este municipio
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