SANTA BRIGIDA APRUEBA SU ORDENANZA DEL RUIDO
Antes que nada quiero agradecer a todos los que han colaborado en la elaboración de esta Ordenanza Municipal del Ruido. Desde los miembros de la Policía Local, los técnicos del área de Urbanismo hasta los técnicos de Vías y Obras. A sus concejales mi agradecimiento porque creo que este documento ha tenido un proceso participativo que seguramente ha enriquecido el documento.
Esta Ordenanza del Ruido es la primera que como concejala de Medio Ambiente traje a un Pleno Municipal. Y es la primera porque hemos priorizado los problemas de las personas. Consideramos que el Ruido es el elemento ambiental que más daño hace a los seres humanos. Consideramos que la contaminación acústica es uno de los problemas ambientales de primer orden, y por tanto, que más afecta a la salud de las personas, por ello hoy estamos debatiendo una ordenanza de ruido que proteja a las personas frente a la contaminación acústica.
El documento presentado tiene un carácter técnico, y ahora que se abre el proceso de información pública las personas y los partidos podrán presentar alegaciones y sugerencias para corregir la Ordenanza, no obstante yo quiero hacer hincapié que estamos trabajando en el área de Medio Ambiente en colaboración con las concejalías antes nombradas para que los vecinos y vecinas de Santa Brígida tengan un instrumento para protegerse de los ruidos. Hoy presentamos una Ordenanza, adaptada a la nueva legislación emanada desde el Ministerio de Medio Ambiente, para proteger el descanso de nuestros conciudadanos, por ello, pido el apoyo de todos los miembros de la corporación.
Amalia Bosch Benítez
Gracias.
MÁS INFORMACIÓN:
La ordenanza del ruido está en información pública, se llama ORDENANZA MUNICIPAL DE LA VILLA DE SANTA BRÍGIDA DE PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE CONTRA RUIDOS Y VIBRACIONES y se publicó el 7 de mayo en el BOP.
Se aprobó en el Pleno Municipal del pasado 23 de abril por unanimidad de todos los partidos.
UNA ORDENANZA PEDAGÓGICA:
La Ordenanza es una oportunidad para educar y concienciar para NO HACER RUIDOS. No es un instrumento sancionador, queremos sensibilizar a la población de los daños de la contaminación acústica, queremos evitar los ruidos educando a la población para evitar males mayores.
LOS DECIBELIOS EN UNA ORDENANZA DEL RUIDO:
El ruido es, pues, una agresión física con efectos nocivos para la salud y una intromisión en el ámbito privado de la persona a la que impide gozar en libertad de su domicilio.
Por ejemplo, una conversación normal puede ser de aproximadamente 65 dB y, por lo general, un grito es de 80 dB. La diferencia es de tan sólo 15 dB, pero el grito es 30 veces más intenso.
Por término medio, las legislaciones europeas en materia de ruidos sitúan los límites aceptables en 65 decibelios durante el día y 55 en horas nocturnas. Está comprobado que la capacidad auditiva se deteriora en la franja comprendida entre los 75 y los 125 decibelios (en exposición prolongada) y que a partir de los 125 se supera el nivel doloroso. El claxon de un automóvil provoca ruidos de 90 decibelios, aproximadamente. Una motocicleta sin silenciador alcanza los 115, poco más de los 110 que registra el promedio de las discotecas. Entre los sonidos de la naturaleza, el rumor de las hojas de los árboles no supera los 20 decibelios y el trino de los pájaros ronda los 10.
En cambio el ambiente de una oficina en plena actividad puede alcanzar los 70 decibelios, y el de la mayoría de las fábricas supera los 80. Un avión sobrevolando el espacio urbano bordea el umbral de dolor, establecido en 140 decibelios. Casi todas las legislaciones fijan asimismo unas cifras máximas para los ruidos procedentes del exterior en determinados establecimientos públicos, que van desde los 25 para los hospitales hasta los 55 para grandes almacenes, restaurantes y bares, pasando por los 30 en el caso de bibliotecas y museos y los 40 para centros docentes.
EN LA PRENSA:
http://www.revistatara.com/modules.php?name=News&file=article&sid=6311
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