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EUCALIPTOS SI

EUCALIPTOS SI EUCALIPTOS SI
Amalia Bosch Benítez
Concejal por Los Verdes en el ayuntamiento de Santa Brígida

Algunos vecinos, no todos es verdad, nos levantamos el jueves pasado con el estupor de que se estaba cometiendo el mayor atentado arboricida de la historia de Canarias: la tala masiva de más de 50 eucaliptus centenarios, elementos destacados de nuestro Patrimonio Natural, entre la rotonda de Bandama y San Mateo. La orden venía firmada por la Consejería de Obras Públicas del Cabildo de Gran Canaria. Su responsable, D. Miguel Jorge Blanco. Sus argumentos, unos cincuenta y cinco expedientes, uno por cada árbol marcado con un punto blanco redondo en el corazón del tronco. En esos cincuenta y cinco expedientes se desgranan un sinfín de delitos cometidos por los eucaliptos: que si afectan a la seguridad vial, que si afectan a las casas de vecinos, etc. Estos últimos delitos son muy variados, pues van desde que las raíces levantan los muros y los suelos de las casas, hasta el hecho de que se meten en las cañerías o que les hacen cosquillas en el pompis cuando se sientan a hacer aguas mayores.
Tonterías todas ellas, que tienen también numerosas soluciones, desde la construcción de muros de contención a las raíces, hasta la más lógica y natural: que se impida construir chalés nuevos pegados a los troncos de los eucaliptos; que se marque una distancia de seguridad, pues también el viento puede romper ramas que luego caen sobre las viviendas y luego resultará que los eucaliptos son unos asesinos. Porque si los vecinos se quejan y tienen que costear las reparaciones en muros, se podría destinar una partida concreta para estos asuntos para aliviar el bolsillo de los ciudadanos afectados. Pero para eso debemos saber ya si el Cabildo quiere conservar esta masa arbórea o si la va a talar, como nos tememos.
La otra razón argüida, la que se refiere a la seguridad vial también es espuria y ridícula pues como de todos es sabido, los eucaliptos no circulan por la carretera. Que aquí y allá encontramos una raíz que levanta el suelo, que se estudie la solución, y si no la hay que el conductor reduzca la velocidad y salve el obstáculo con cuidado y así habrá menos accidentes. Que resulta que las guaguas de turismo y las de Global o el tráfico pesado roza con los espejos y con los costados y con el techo en las ramas de los eucaliptos, pues está claro que la culpa tampoco la tienen los árboles, sino el tamaño de las guaguas que circulan por un carretera de monte que no es una autovía.
El peso de la culpa recae íntegramente en las compañías de transporte pero en primera instancia, única y exclusivamente, en el Cabildo pues es, en definitiva, quien dispone de las competencias suficientes como para dictar una normativa que regule el peso, el tonelaje, las dimensiones, y la velocidad con la que se permita circular por esa carretera. No lo ha hecho, es más, el Cabildo es el responsable máximo de que año tras año, cuando se producen lluvias copiosas estas invadan inexorablemente los salones de las viviendas situadas al borde de la carretera. ¿Por qué? Pues es bien sencillo, lleva decenas de años colocando una capa de asfalto nueva sobre la vieja y la diferencia de altura con la rasante de la carretera a veces es de más de un metro. El Cabildo además es el responsable último de que no se poden como es debido los magníficos ejemplares de eucaliptos que poseemos en Gran Canaria, y repito sólo en Gran Canaria, porque se plantaron en nuestra isla alrededor de 1900.
Pero lamentablemente el eucalipto tiene mala fama entre los agricultores y entre los ecologistas en general: que si desertiza, que si las raíces son muy fuertes, que no crece nada alrededor de un eucalipto. Y todo esto es cierto. Pero todo eso es justamente una ventaja en el borde de una carretera, pues impiden el crecimiento de matojos y que yo sepa en el asfalto tampoco crece nada de manera natural. En fin, que tiene la consideración de ser un delincuente ambiental. Yo digo y repito, que el único delincuente ambiental demostrado hasta la fecha es el Cabildo. Porque lo que estos técnicos y expertos del asfalto desconocen es que cualquier árbol es capaz de dispersar hasta el 80 % de las radiaciones electromagnéticas, por ejemplo, las de telefonía móvil que tan mala fama tienen también, pero que el Cabildo permite colocar en los tejados de las casas. No pasaría lo mismo si alguien pretendiera colocar un eucalipto en la azotea pues le mandarían a la brigada de bomberos que se lo cortaría a hachazo limpio, y seguro que le abrirían un expediente por delito ambiental. Ya saben, no tiene el mismo trato lo que paga dividendos por licencia que lo que en teoría no da dinero, que es lo que le sucede al eucalipto.
Pero, ¿es eso cierto? ¿El eucalipto no da dinero? ¿no sirve para nada? Bueno, de entrada yo le preguntaría al Cabildo que diga donde está la madera de esos árboles que han cortado y qué permisos han dado para su venta o comercialización. Pero en segundo lugar, y más importante que lo anterior, les voy a contar una historia. La única miel certificada y homologada como miel canaria de eucaliptos está en San Mateo, en la Finca Las Rosas. El empresario de esta finca sufrió un auténtico calvario cuando le abrieron un expediente sancionador por fraude, pues el técnico de turno afirmó que en Canarias y más concretamente en Gran Canaria no había eucaliptos en cantidad como para justificar la producción de aquella miel. Le acusaron de importar la miel de eucaliptos de Australia y de estar comercializándola aquí como si fuera canaria. Un estudio posterior demostró que los eucaliptos que adornan las carreteras de nuestras Medianías desde Tafira a Cueva Grande son melíferos, y son los únicos de toda Canarias. Esta finca produce miel canaria de eucaliptos y es la única miel certificada y homologada de toda Canarias, es una producción autóctona, es una industria local y canaria, es decir, de una manera indirecta los eucaliptos sí producen dinero. ¿No debería el Cabildo proteger esta producción local tan exótica pero genuinamente canaria? ¿Merecerán ahora la consideración de árbol protegido?
En cuanto a los motivos que han justificado la orden de paralización de la tala, señores, no nos engañemos, son políticos, no medioambientales. Hoy, al borde la carretera estaba el flamante Consejero del Cabildo de Gran Canaria: D. Carlos Sánchez. Fue él quien me comunicó la orden de paralización. ¿Por qué estaba él y no D. Miguel Jorge? Sencillo, porque corren rumores de que lo están preparando para sustituir a D. Carmelo Vega en las próximas municipales y conviene que los vecinos crean que se preocupa por el medio ambiente y que ha salvado los arbolitos de la carretera. Y a todas estas, ¿alguien sabe que ha dicho el ayuntamiento de Santa Brígida al respecto?

Amalia Bosch Benítez
Concejal por Los Verdes en el ayuntamiento de Santa Brígida

EN Santa Brígida, a 24 de junio de 2005.

1 comentario

teresa flores -

secundo todas y cada y una de tus palabras.Pero habria que añadir a la lista de delincuentes ambientales a laureles de indias,palmeras,cipreses y cualquier otro árbol que atente contra los intereses económicos de los de siempre