APOYO PARA NUESTRAS INDUSTRIAS TRADICIONALES

La industria de la seda en La Palma y la de la cochinilla en Lanzarote (aun por desarrollar como tal) tienen un valor, no solamente económico, sino cultural y etnográfico y están en serio peligro de desaparecer si no se apoyan desde los poderes públicos.

C. Arenoso

En contexto de una economía como la canaria, con un escaso peso del sector industrial, las actividades transformadoras en el medio rural , y especialmente la transformación de productos agroalimentarios tienen un componente muy relevante en el desarrollo rural.

Un foco de especial atención lo constituyen aquellas actividades que suponen una valorización de los productos agrícolas canarios, y que como tal generan valor añadido y mayores ingresos a las unidades familiares del medio rural.

La industria de la seda en La Palma y la de la cochinilla en Lanzarote (aun por desarrollar como tal) tienen un valor, no solamente económico, sino cultural y etnográfico y están en serio peligro de desaparecer si no se apoyan desde los poderes públicos.

Nos referimos por ejemplo a las queserías industriales y derivados lácteos, los productos cárnicos, el vino, el embotellamiento de agua para consumo alimentario, la industria del aloe, la transformación de las producciones agrícolas locales,..et,

En este sentido se han producido esta semana dos iniciativas que los Verdes deberíamos apoyar:

LA INDUSTRIA DE LA SEDA EN LA PALMA

Mediante una proposición no de ley presentada por Coalición Canaria y aprobada en la Comisión de Industria y Energía del Parlamento de Canarias El Parlamento de Canarias ha pedido al Gobierno de Canarias que considere la industria de la seda como protegida y que apoye los proyectos de mantenimiento de este sector de enorme tradición, especialmente en la isla de La Palma.

En la actualidad sólo una industria, formada por mujeres, produce en El Paso la seda, mediante técnicas utilizadas desde. el siglo XVI, que fe cuando se empezó a producir seda en La Palma, con una variación mínima en las técnicas de obraje, herramientas y maquinarias de producción.

A finales del siglo XIX se estableció en la isla de La Palma una fábrica textil con las técnicas e instrumentos más avanzados, entre ellos una máquina de madera y tracción humana, que con 24 cabezales, preparaba la seda para enviarla en madejas a Lyon (Francia)

Hasta hoy han llegado maquinarias de producción tradicionales que aún están en pleno funcionamiento, y estimó que este vestigio de industria tradicional precisa de apoyos institucionales de forma que se garantice su pervivencia.

LA INDUSTRIA DE LA COCHINILLA EN LANZAROTE.

El diputado nacional del Partido Popular, Cándido Reguera, ha presentado una proposición no de ley en el Congreso de los Diputados para pedir apoyo del Gobierno a la construcción de un centro de transformación de la cochinilla basado en un informe elaborado por el Cabildo de Lanzarote.

La producción total de la isla se cifra en unos 10.800 kilogramos anuales de los cerca de 20.000 que se producen en España. Guatiza y Mala son las dos únicas poblaciones de Lanzarote donde se extienden unas 200 hectáreas de un cultivo tradicional y en retroceso como es la cochinilla, una materia prima que en el mercado ha llegado a alcanzar los 100 euros por kilo y que se puede transformar en tintes, colorantes alimenticios o productos de estética.

El abandono que está experimentando este cultivo en la isla ha reducido considerablemente la producción, que ya no es competitiva ante fuertes mercados como el chileno o el peruano, con un precio de venta de 14 dólares, según los datos de la Cooperativa de Agricultores de Cochinilla de Lanzarote.

El precio más alto que ha llegado ha alcanzar la cochinilla en los últimos 10 años es de 90 euros, según los datos de la cooperativa de agricultores de cochinill En octubre del año pasado fue la última venta que hizo la cooperativa de unos siete mil kilos de cochinilla a un precio de 30 euros el kilo.
Cerca de 50 mil kilos de cochinilla permanecen almacenados, según los datos de la cooperativa, porque muchos agricultores de la localidad de Guatiza no han podido vender su cultivo.