31 MILLONES, A 'PIQUE' EN ARINAGA
No cría malvas porque descansa en el mar, pero el puerto de Arinaga lleva años muerto, sin barcos, sin actividad. Si no lo remedia una terminal de graneles, ahora en construcción, los 31 millones de euros que se invirtieron en el muelle irán a pique. Mientras, el Puerto y Agüimes se echan las culpas.
Canarias7 (3/11/08)
Hace años un medio de comunicación encabezó una información con un titular de pretensiones agoreras. «Al día siguiente de su construcción el puerto de Arinaga se deberá cerrar por su carácter ruinoso». Se hacía eco de un estudio realizado por el Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Es obvio que se equivocó, ni fue al día siguiente, ni tampoco se ha cerrado. Y también falló por otro matiz. Nunca se ha llegado a abrir. Se han invertido 31 millones de euros y a día de hoy apenas han servido para el atraque inaugural del Volcán de Timanfaya, de Armas, en el 2005, y un barco de mercancías y un hotel flotante, el Bibby Challenge, en el 2007.
Parece poco bagaje para una infraestructura que vio los primeros movimientos de tierra tras 16 años de lucha y de sacrificios, comandados por el histórico Agustín Reina, primer presidente de los empresarios del Polígono Industrial de Arinaga, y por el alcalde agüimense, Antonio Morales, y tras vencer múltiples resistencias, las de la propia administración de entonces, desde el Cabildo al Gobierno regional, y las de múltiples colectivos. Ha sido, de hecho, una de las actuaciones que más polémica ha suscitado en la reciente historia de la Isla. La Asociación para la Defensa del Surf, que temió la muerte de Pozo Izquierdo y de sus mundiales de windsurf, movilizó 4.252 firmas de vecinos en contra del proyecto en los 90. Y los ecologistas intentaron pararlo por su incidencia en los sebadales de Bahía de Formas, declarada Lugar de Interés Comunitario, y por sus posibles daños a las aves que anidan en Tarajalillo del Sur.
Pese a todo eso, se hizo. Primero se implicó el Cabildo y después el Puerto, pero las obras acabaron hace rato y allí no hay vida. Sin embargo, tanto la Autoridad Portuaria de Las Palmas, que es la dueña del muelle, como el Ayuntamiento de Agüimes, que rige los destinos del municipio donde está radicado, niegan la mayor, es decir, rechazan que todo ese dinero se haya echado por la borda. En lo que no coinciden, y ahí parece radicar la clave, es en el destino idóneo para el puerto. Y esa manzana de la discordia tiene un nombre, el gas.
LA CLAVE, EL GAS
Javier Sánchez-Simón, presidente de la Autoridad Portuaria, lo tiene claro. «La mejor ubicación para el gas está en el puerto de Arinaga», dijo esta semana. Pero para Agüimes no hay discusión. «Nunca planteamos un macropuerto, y algunos lo han querido usar como trampa para meter cementeras, refinerías y hasta gas», dijo Morales, que recuerda el fuerte rechazo popular del Sureste a la planta regasificadora. Este desencuentro no es baladí, porque a esto atribuye Agüimes «la falta de apuesta del Puerto» para propiciar su uso para el tráfico de pasajeros y de mercancías. Sánchez-Simón lo desmiente. «No condicionamos futuras inversiones al gas», pero sí al interés que suscite en navieras y empresas. Y hay fuentes que lo ven difícil, precisamente por su cercanía a La Luz. Cada vez que un barco entra a puerto gasta dinero y es difícil que hagan escala en Arinaga teniendo tan cerca La Luz. Tampoco creen que sea viable una línea marítima con otra Isla porque no hay suficiente demanda.
0 comentarios