TELDE: XII ANIVERSARIO DE LA CAÍDA DE LOS PICACHOS

No falto nadie a la cita. Eran las 11 horas, de este sábado, cuando se alcanzó la participación más alta de las que se recuerdan en las concentraciones pacíficas reclamando más atención por Los Picachos.

Estaban los integrantes de la Junta Directiva de DEPACA (Asociación Canaria para la Defensa del Patrimonio Histórico), el cronista oficial de la ciudad de Telde, arqueólogos, los miembros de la Junta Directiva del Colectivo Turcón-Ecologistas en Acción, personas a título individual sensibilizadas por estas singulares estructuras del siglo XVI, y algún que otro integrante de partidos políticos, como el PSOE y de Los Verdes de Telde.

Eran aproximadamente unas 30 personas las que se concentraron para reclamar más atención por los picachos que como se recordará, son restos de unas estructuras de un ingenio azucarero del siglo XVI. Los Picachos es lo poco que queda en Telde, de los tres ingenios azucareros construidos en el siglo XVI. Uno de ellos se encontraba ubicado en San José de las Longueras, el otro en las inmediaciones de la Plaza de San Juan, y el tercero el conocido como Los Picachos, y de las tres estructuras, sólo se conserva una pilastra.

Los comentarios generalizados en esta concentración pacífica, que transcurrió sin incidentes, era tanto la falta de capacidad para llegar a acuerdos con los propietarios de los terrenos para desalojar la maquinaria pesada, como la necesidad de empujar la declaración de Bien de Interés Cultural para conseguir una ansiada protección legal que permita acceder mediante la expropiación a los terrenos adyacentes. Por otro lado, también se constató en las palabras de los dirigentes allí presente, la falta de sensibilidad por parte de algunos partidos políticos que pusieron en sus programas electorales la voluntad de mejorar el entorno de Los Picachos, y sin embargo, estas fechas de aniversario, que son una oportunidad para lanzar un mensaje de apoyo o de exigencia al gobierno municipal, pasan totalmente desapercibidas.

La concentración duro una hora aproximadamente y finalizó con el compromiso de volver el año que viene, por lo que se sobreentiende que las esperanzas en la mejora de este enclave etnográfico son pocas.