CARNE DE ETIQUETA

Foto: El ganadero Fernando Mantecas trabaja al completo en su ganadería ecológica en La Losa (Segovia)

Sin hormonas ni antibióticos. Con espacio para pastar y sin estrés. Así se crían las terneras de carne ecológica. Un producto, un 18 por ciento más rico en proteínas que el filete tradicional, que arrasa en los mercados extranjeros pese a su alto precio. Visitamos las granjas `verdes´ de nuestro país y descubrimos las claves de su éxito.

www.xlsemanal.com (27711/05)


En la vertiente norte de la sierra de Guadarrama, en los verdes prados que se extienden a las afueras del pueblo segoviano de La Losa, un puñado de lustrosas vacas negras de raza avileña pace tranquilamente junto con sus terneros. Allí, en los terrenos de la ganadería Braman, creada hace cinco años gracias al empuje de María Cruz Bravo y su marido, Fernando Mantecas, no se practica la inseminación artificial ni se emplean hormonas o antibióticos sin necesidad ni se separa a los chotos de sus madres hasta pasado un año ni se sacrifica un ternero antes de los 18 meses, como sucede en las explotaciones tradicionales. En esta ganadería, igual que en las 1.777 granjas ecológicas que existen en España, los animales sólo se alimentan de forrajes exentos de pesticidas, fertilizantes y transgénicos y de los pastos frescos que hallan en las dehesas donde pacen. Y reciben unos cuidados saludables que incluyen hasta tratamientos homeopáticos.

Sólo con eso, y con un trato que evita cualquier sufrimiento innecesario al animal y que le permite desarrollarse en el campo sin prisas y de forma natural, se consigue una carne que ha obtenido el sello `ecológico´ que otorga el Consejo de Agricultura Ecológica de Castilla y León.

Braman es un ejemplo entre los casi dos millares de granjas que en toda España se dedican a producir carne `a la antigua´. Siguiendo los métodos tradicionales de producción consiguen unos productos de calidad que están experimentando un enorme auge en su consumo, tanto aquí como en el resto de Europa.

Los datos recogidos en la pasada edición de BioFach, la mayor feria europea de alimentación, que se celebra cada año en Nuremberg (Alemania), dan fe de esta tendencia. En 2004, el consumo de carne ecológica aumentó un seis por ciento en toda Europa. En Alemania, donde estos productos viven un boom, sus ventas en 2004 produjeron un montante superior a 3.400 millones de euros, según la Federación de Economía Alimenticia Ecológica (BOWL).

En España, aunque no hay cifras oficiales de consumo, dos tercios de los españoles dicen «conocer» estos productos biológicos. Pero a pesar de su buena prensa, un informe de Mintel Internacional, una empresa alemana de análisis de mercado, sitúa a nuestro país en el último lugar del consumo de ecoproductos, con menos de cinco euros de gasto per cápita, cuando en Alemania son 38 y en Francia, 25. Somos productores, pero no grandes consumidores de estas carnes de calidad, que exportamos en su mayoría a países como Francia, Alemania, Japón y Estados Unidos.
GARANTÍA VERDE
·  La ley española establece que toda la carne vendida bajo el sello `eco´ debe proceder de explotaciones respetuosas con el medio ambiente que no provoquen deforestación, erosión ni contaminación.
·  La alimentación de los animales ha de basarse en leche materna, forrajes, pastos y piensos ecológicos.
·  En caso de enfermedad, los animales se tratarán mediante fitoterapia u homeopatía, evitando antibióticos, tranquilizantes, antiparasitarios o antiinflamatorios. Está prohibido usar hormonas para estimular la reproducción.
·  Los animales deben disfrutar de un espacio al aire libre y que no se les inflija ningún sufrimiento innecesario.
·  Tanto las fincas como las salas de procesado estarán controladas por laboratorios independientes que garanticen la autenticidad de los productos.
·  Sólo si se cumplen estas normas, los consejos regionales de agricultura ecológica otorgarán el sello que acredita a una explotación como `ganadería ecológica´.

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