Pan y circo: Gran Las Palmas y juegos del Atlántico
Carlos Suárez Rodríguez
Candidato de Los Verdes al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
Las propuestas electorales de Coalición Canaria para la ciudad recuerdan a las disparatadas iniciativas que los emperadores romanos preparaban para la plebe. En su origen la frase Panem et circenses describía su costumbre de regalar trigo y entradas para los juegos circenses como forma de mantener al pueblo distraído de la política.
Para esta formación política, cuya trayectoria de cementación ya nos es familiar, la plebe no necesita ni paisajes limpios ni suelos protegidos, para ellos no parecen existir la palabra biodiversidad, ni tampoco la palabra espacios naturales, ni tampoco la conservación de la naturaleza.
El futuro bienestar de los canarios lo vinculan al desarrollo de las infraestructuras sobre todo de transportes y comunicaciones, a su papel como plataforma tricontinental para el gran comercio que se avecina y ya se plantean una segunda revolución económica y social después de la que produjo el turismo.
Pero, ¿y cuál será el futuro de la naturaleza de Canarias? ¿Cuál será el futuro de nuestro territorio en esta segunda revolución?
Países como Marruecos, Mauritania, archipiélagos atlánticos como Madeira, Azores, Cabo Verde, todos se pueden aplicar el mismo discurso.
La carrera desenfrenada por ver quien se hace primero con los grandes nudos del transporte aéreo y portuario, con quien se hace con las mejores plataformas para el negocio el gran comercio entre Brasil, Argentina, China y África Occidental, el Atlántico norte europeo, la costa este de Norteamérica y el Caribe ya empezó hace tiempo.
En esta carrera por un futuro incierto, el sector mas duro del Gobierno canario capitaneado por José Carlos Mauricio, -con el control absoluto de las consejerias que podrían ponerles freno como es la de Política Territorial y Medio Ambiente- apuesta por destruir los pocos recursos vírgenes que dejaron las anteriores revoluciones económicas en las islas y seguir llenando de cemento los litorales y los campos de las islas.
Un ejemplo es su intención de acabar con el poco suelo vírgen del Paisaje Protegido de La Isleta, -5 millones de metros cuadrados llenos de cardones, tabaibas, lagartos y cernícalos- para ubicar allí las infraestructuras de la sede de los Juegos del Atlántico Sur considerando que es una deshonra y humillación nacional los usos militares actuales del espacio.
Menos mal que hay movimientos ciudadanos que piden otro cambio de rumbo, que para el futuro, la estrategia adecuada es reservar espacios vírgenes, de alto valor ambiental, infraestructura natural que ha evolucionado en Canarias de manera tan especial y que comparativamente con otros territorios no puede igualarse en valor a nivel mundial.
El mismísimo estado de Florida, donde gobierna el hermanísimo de George Bush, ha prohibido las prospecciones petrolíferas frente a sus costas por el daño que implicaría a su paisaje tan visitado y icono del turismo en Estados Unidos y en el mundo.
Canarias, icono del turismo en esta otra parte del mundo no puede permitirse que su Naturaleza se vuelva a ver amenazada por una revolución económica de características tan destructivas.
Desde Los Verdes apostamos por otra estrategia para Las Palmas de Gran Canaria, que la ciudad se convierta en plataforma regional de la moderación, con un desarrollo mas ralentizado, con una bajada de la temperatura del crecimiento y del consumo energético en este territorio reducido y frágil y por una compartimentación ordenada de usos urbanísticos de bajo impacto, acordes con una ciudadanía que pueda mirar y disfrutar, con una mejor salud ambiental, de paisajes volcánicos abiertos como lo es ahora el del bien llamado y -esperemos que por mucho tiempo-. Paisaje Protegido de La Isleta.
El futuro bienestar de los canarios lo vinculan al desarrollo de las infraestructuras sobre todo de transportes y comunicaciones, a su papel como plataforma tricontinental para el gran comercio que se avecina y ya se plantean una segunda revolución económica y social después de la que produjo el turismo.
Pero, ¿y cuál será el futuro de la naturaleza de Canarias? ¿Cuál será el futuro de nuestro territorio en esta segunda revolución?
Países como Marruecos, Mauritania, archipiélagos atlánticos como Madeira, Azores, Cabo Verde, todos se pueden aplicar el mismo discurso.
La carrera desenfrenada por ver quien se hace primero con los grandes nudos del transporte aéreo y portuario, con quien se hace con las mejores plataformas para el negocio el gran comercio entre Brasil, Argentina, China y África Occidental, el Atlántico norte europeo, la costa este de Norteamérica y el Caribe ya empezó hace tiempo.
En esta carrera por un futuro incierto, el sector mas duro del Gobierno canario capitaneado por José Carlos Mauricio, -con el control absoluto de las consejerias que podrían ponerles freno como es la de Política Territorial y Medio Ambiente- apuesta por destruir los pocos recursos vírgenes que dejaron las anteriores revoluciones económicas en las islas y seguir llenando de cemento los litorales y los campos de las islas.
Un ejemplo es su intención de acabar con el poco suelo vírgen del Paisaje Protegido de La Isleta, -5 millones de metros cuadrados llenos de cardones, tabaibas, lagartos y cernícalos- para ubicar allí las infraestructuras de la sede de los Juegos del Atlántico Sur considerando que es una deshonra y humillación nacional los usos militares actuales del espacio.
Menos mal que hay movimientos ciudadanos que piden otro cambio de rumbo, que para el futuro, la estrategia adecuada es reservar espacios vírgenes, de alto valor ambiental, infraestructura natural que ha evolucionado en Canarias de manera tan especial y que comparativamente con otros territorios no puede igualarse en valor a nivel mundial.
El mismísimo estado de Florida, donde gobierna el hermanísimo de George Bush, ha prohibido las prospecciones petrolíferas frente a sus costas por el daño que implicaría a su paisaje tan visitado y icono del turismo en Estados Unidos y en el mundo.
Canarias, icono del turismo en esta otra parte del mundo no puede permitirse que su Naturaleza se vuelva a ver amenazada por una revolución económica de características tan destructivas.
Desde Los Verdes apostamos por otra estrategia para Las Palmas de Gran Canaria, que la ciudad se convierta en plataforma regional de la moderación, con un desarrollo mas ralentizado, con una bajada de la temperatura del crecimiento y del consumo energético en este territorio reducido y frágil y por una compartimentación ordenada de usos urbanísticos de bajo impacto, acordes con una ciudadanía que pueda mirar y disfrutar, con una mejor salud ambiental, de paisajes volcánicos abiertos como lo es ahora el del bien llamado y -esperemos que por mucho tiempo-. Paisaje Protegido de La Isleta.
Publicado el sábado, 12 de mayo de 2007 en CANARIAS AHORA. www.canariasahora.com
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