Blogia
www.ecoboletin.com

VACAS LOCAS: LA HORA DE LOS HUMANOS

VACAS LOCAS: LA HORA DE LOS HUMANOS VACAS LOCAS: LA HORA DE LOS HUMANOS

España ha registrado 529 casos de ‘vacas locas’ desde 2000. Ahora, los expertos prevén la aparición de casos en jóvenes españoles. Tendrán un mismo perfil genético y habrán tomado determinados alimentos en su infancia o adolescencia o consumido anabolizantes. Pero no toda la culpa está en la carne. Los científicos apuntan nuevas vías de contagio: la transmisión cutánea y la sanguínea.

http://www.zetainterviu.com/

Si aparece algún caso humano, que nadie se rasgue las vestiduras y que nadie piense que la transmisión es de ahora”, advierte el director del Centro Nacional de Referencia de las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles en Animales, Juan José Badiola. El mayor experto en vacas locas de España asegura que “a partir de ahora, es bastante probable que aparezcan casos de la variante humana de la enfermedad de las ‘vacas locas’ en nuestro país”. Y no descarta la aparición de esta enfermedad, denominada Creutzfeldt-Jakob (CJ), en jóvenes españoles hasta el año 2010 o 2012. La edad media de los 165 enfermos registrados en la Unión Europea es inferior a los 30 años. Científicos franceses han demostrado que la posibilidad de sufrir esta dolencia mortal es mayor durante la infancia y alcanza su punto máximo en la adolescencia, mientras decrece considerablemente en la edad adulta. Esto se debe a que la permeabilidad de las barreras intestinales cambia con la edad. Además, añade Badiola: “Hay evidencias de que en Inglaterra se ha empleado carne o hueso infectados en algún tipo de alimento infantil”.
El prión vacuno (agente infeccioso) es una proteína simple capaz de introducirse en el organismo humano sin provocar una reacción inmunológica. En Gran Bretaña, los primeros casos de vacas locas surgieron en 1986 y diez años más tarde aparecieron los enfermos de CJ. Los científicos británicos cuestionaron la técnica habitual de triturar mecánicamente carne y hueso para convertirlos en hamburguesas. “Se obligó a los negocios de comida rápida –añade Badiola– a modificar ese método para minimizar riesgos”. El reglamento número 999 del Parlamento Europeo y del Consejo, de mayo de 2001, exige que la carne fresca sea deshuesada manualmente.
De momento, en la Unión Europea ya han fallecido 152 personas –148 en el Reino Unido, tres en Francia y una en Irlanda–. Esta enfermedad degenerativa, letal y devastadora se manifiesta en forma de depresión, delirios y alucinaciones y acaba por provocar alteraciones del conocimiento y movimientos involuntarios hasta llegar a la demencia.

Grupos de riesgo
Según precisa Badiola, miembro también del grupo de expertos de la Dirección de Investigación de la UE sobre Encefalopatías Espongiformes, la mayoría de los humanos con la variante CJ tiene la misma estructura genética, presente en el 25 por ciento de la población europea. “Son los más susceptibles al prión vacuno, pero eso no quita –precisa– que afecte a otros perfiles genéticos, como ya está ocurriendo”.
Los científicos también han comprobado que hay personas resistentes al prión de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), conocida popularmente como mal de las vacas locas. “En un estudio –detalla el también catedrático de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza– se han analizado amígdalas y apéndices humanos donde aparece el citado prión y esas personas no habían desarrollado el mal. Es muy posible que haya gente que tenga el prión y no lo sepa”.

En el Centro Nacional de Referencia de las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles han verificado, mediante biopsias en animales bovinos, que individuos totalmente normales y con el cerebro completamente sano tenían el sistema linforreticular contaminado. “Si analizáramos los intestinos, comprobaríamos que tanto personas como animales poseen el agente causal de esta enfermedad, pero eso no implica necesariamente que vayan a padecerla”.
En esta línea, científicos del Hospital Derriford de Plymouth, al suroeste de Inglaterra, y del Instituto Imperial de Londres, vinculado al Hospital St. Mary, concluyeron, al analizar amígdalas y otros apéndices extraídos e infectados, que más de 3.800 británicos tienen el citado prión. No obstante, no todos desarrollarán la enfermedad.

Sufrir esta afección depende de la cantidad de contaminantes presentes en el organismo y de la existencia de una proteína capaz de replicar el prión, dado que éste no puede hacerlo por sí mismo. En el caso de los humanos, lo consigue gracias a una proteína de las neuronas, de ahí la necesidad del prión de llegar hasta el cerebro. Si no lo consigue, la enfermedad no avanza. Tampoco lo hará si la persona que recibe el prión es resistente genéticamente. “Todo ello, sumado a la resistencia que una especie ofrece a ser invadida por un agente infeccioso de otra, ha evitado que la EEB se convirtiera en una gran epidemia humana”, dice rotundo Badiola.

Goteo de casos
Los expertos estimaron que en 2005 comenzaría a disminuir el número de reses enfermas. Sin embargo, el pico de incidencias se adelantó un par de años. En opinión de Juan José Badiola, esto significa que “el programa de vigilancia en España ha sido eficaz”. En contra, se han superado con creces las peores previsiones (ver gráfico), que fijaban en 300 el número de positivos por EEB. Hasta el pasado 10 de marzo, 529 animales (ver mapa por provincias) han muerto desde que en 2000 estalló la crisis de las vacas locas. Badiola no cree que se pueda hablar de erradicación de la enfermedad y apunta que en los siguientes “siete u ocho años” seguirá el goteo de casos porque existen otras formas de transmisión de la EEB. “Sospechamos que en España se contaminaron con harinas de carne y hueso las leches maternizadas que consumían los terneros. Otra vía aún no descartada es la transmisión vertical de la enfermedad de una vaca a su ternero a través de la placenta”.

Advierte de que “aún no se conocen todos los mecanismos de transmisión del mal de las ‘vacas locas’ a los humanos”, pero niega que toda la culpa esté en la carne. La posible contaminación a través de la piel obligó a prohibir el empleo de restos bovinos en cremas, fármacos y vacunas. También se ha comprobado que se añadieron estos despojos a algunos anabolizantes empleados por culturistas.
Un grupo de investigadores médicos franceses ha demostrado que el prión responsable de la EEB y su variante humana puede transmitirse por vía sanguínea. De ahí que Francia, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos ya hayan tomado medidas para evitar esta vía de contagio. La ciencia va dando respuestas, pero los afectados aún buscan culpables. “Las investigaciones judiciales podrían abrirse en cualquier momento –defiende Juan José Badiola–, ya sea porque alguien contraiga la variante humana de las vacas locas o porque un ganadero exija saber de dónde salieron los piensos que contaminaron a sus animales”.
Los últimos cuatro casos de vacas locas registrados en España son de ejemplares nacidos en 2000. Ha habido dos en Palencia, uno en Pontevedra y otro en Guadalajara. En opinión de Daniel López Vispo, vicepresidente de Adega (Asociación para la Defensa Ecológica de Galicia), la situación “sigue siendo preocupante. Es cierto que hay una reducción de casos, pero no se han erradicado y siguen apareciendo reses enfermas nacidas en 2000, cuando desde el 96 la legislación prohibía su alimentación con harinas cárnicas. Esperemos no ver casos nacidos en el 2001, porque eso sí sería sumamente grave”. Javier Iglesias, portavoz del sindicato gallego Unions Agrarias, concluye: “Se ha hecho una buena labor, pero no es suficiente. Los casos que están apareciendo en lo que llevamos de año están por encima de los aparecidos en estos meses durante 2004”.

Sin investigación judicial
López Vispo denuncia que no se hayan depurado responsabilidades ni en el plano político ni en el judicial y se remite a los casos de incineración de vacas llevados a cabo en la planta orensana de Sugasa y al enterramiento de 300 reses con EEB en una mina abandonada de la localidad coruñesa de Mesía, en diciembre de 2000. “Alguien debería investigar para que estas barbaridades no se repitan. En el caso de Mesía sólo se ha castigado a funcionarios de rango inferior, cuando a la Justicia le consta que fue la Administración la que envió todas esas reses a una empresa, Sugasa, con infraestructura insuficiente para llevar a cabo la incineración”. El Juzgado de Primera Instancia de Ordes, A Coruña, ha archivado el caso por entender que los hechos “no son constitutivos de delito”. Adega no se rinde y ha interpuesto recurso penal ante el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

“También –añade el vicepresidente de esta asociación ecologista–, debe juzgarse la falta de transparencia con la que se actuó en el enterramiento de Mesía. Tuvieron que ser los vecinos quienes lo denunciaran, cuando ese lugar es cabecera de ríos que desembocan en el Tambre, cuyas aguas abastecen a la ciudad de Santiago de Compostela”. La mayor crisis alimentaria sufrida en Europa en las últimas décadas ha obligado a introducir férreos controles en los productos que consumimos. En el caso de la carne, la Administración, los productores y los distribuidores aseguran que nunca antes su calidad había estado tan garantizada. Pero eso no basta. Científicos, ganaderos, ecologistas y consumidores se preguntan: ¿quiénes son los culpables?, ¿dónde están? Hoy, son muchos los que se niegan a pasar página.

VER ARTIC ULO ORIGINAL

1 comentario

gonzalo blanco -





Hoy es Jueves, 20 de Diciembre.






Asunto SUGASA, de infausto recuerdo


ADEGA se basa, dice, en las numerosas quejas y denuncias que hacen a la asociación ecologista vecinos de la localidad de Canedo, en la capital ourensana. Según ellos, SUGASA podría seguir incinerando reses, cuando sólo tiene permiso como secadero de pieles. ADEGA recalca que sólo se hace eco de las quejas vecinales, por lo que pedirá a la administración autonómica y al Concello de Ourense que revise la situación y compruebe las sospechas vecinales.




Los vecinos de Canedo sospechan que SUGASA pueda seguir incinerando reses muertas, según ADEGA


21 de DICIEMBRE de 2007: OURENSE DIXITAL

La Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galicia en Ourense, ADEGA, anunció este jueves su intención de poner en conocimiento de las autoridades las numerosas quejas que dice haber recibido de vecinos de Canedo, en esta ciudad, en relación con la posibilidad de que en la planta de SUGASA pueda seguir practicándose la incineración de cadáveres de reses.
ADEGA insiste en que recibe quejas a menudo sobre malos olores y vertidos sospechos que se estarían produciendo al Regato do Porto que discurre por este núcleo, lo que ADEGA se plantea si pudiera estar relacionado con la contaminación que estos días se denunció que se produce en su desembocadura en el Miño a la altura del paraje de O Muiño da Veiga.
El representante de la ADEGA en Ourense, Xosé Carlos Rodríguez, señaló que es intención de la asociación ecologista poner los hechos en conocimiento de las delegaciones de Sanidade, Medio Ambiente y Medio Rural, por lo que respecta a la administración autonómica, así como del Concello de Ourense.

Xosé Carlos Rodríguez señala que "os veciños imputan a contaminación que padece o Regato do Porto á actividade da empresa", extremo que ADEGA pide que se compruebe, al tiempo que subraya que los vecinos en sus denuncias sospechan que SUGASA sigue "a plena actividade".
El representante de ADEGA recordó que, tras verse SUGASA involucrada en el affaire de la incineración de los cadáveres de las vacas locas, la empresa fue precintada durante 8 meses en el año 2004 y, con posterioridad, se le prohibió la actividad de la cremación de los restos de animales. Según el representante de ADEGA, SUGASA "só ten permiso como secadeiro de peles".

wwww.adega.info