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EL PUERTO DE GRANADILLA RESULTADO DE UNA VALORACIÓN REAL O UNA ILUSIÓN

EL PUERTO DE GRANADILLA RESULTADO DE UNA VALORACIÓN REAL O UNA ILUSIÓN EL PUERTO DE GRANADILLA RESULTADO DE UNA VALORACIÓN REAL O UNA ILUSIÓN
Sergio Barrera
Coordinador Partido Verde Canario de Tenerife.

Cuando analizamos el proyecto de Granadilla es indudable que estamos en presencia de un proyecto que tiene múltiples aristas (cortantes todas ellas), dos de las que más destacadas han sido, en primer lugar el impacto ambiental sobre los sebadales con el consecuente daño a las especies marinas que allí habitan y luego lo innecesario de desarrollar una obra de ingeniería que daría las capacidades de recepción de materias, y un gran almacenamiento para descargar al Puerto de Santa Cruz, argumento que ya se desestima ante las capacidades ociosas que tiene el puerto capitalino, argumentos ya muy bien esbozados por Don Federico Aguilera.

El otro gran argumento es la recepción de gas para el Complejo Regasificador, con uno similar en Arinaga, Estos complejos tendrían cierta importancia si se hubiera planteado hace 20 años, donde se presentaba como un combustible limpio pues sus productos en caso de una buena combustión serían solo CO2 y agua, nunca se pensó, ni que el efecto invernadero fuera del todo cierto sino que se decía que el calentamiento global era un efecto natural en el planeta, ni se esperaba que dicho efecto fuera a desarrollarse con la velocidad con que se está presentando y donde las evidencias de que es producido por el efecto de los gases contaminantes es cada vez más evidente.

En el caso del uso del gas seguiríamos produciendo el CO2 que es uno de los mayores responsables del cambio climático, si a eso le agregamos los ingentes consumos que requieren los países que estaban bajo la vieja unión soviética y que en estos momentos quieren crecer con patrones de consumo a todas luces similares a la más pura civilización occidental, y le agregamos el hambre de consumo de los países asiáticos locos por consumir porque eso es lo que mueve la economía, tenemos un panorama realmente preocupante y desalentador, sobre todo si vemos que el tratado de Kioto todavía no tiene la fuerza que debería tener y donde España no es el mejor ejemplo a seguir, y mucho menos Canarias.

La construcción del complejo regasificador implica unas inversiones que van desde las obras de recepción del combustible bajo condiciones especiales pues va refrigerado, la construcción de grandes tanques de almacenamiento para hacer rentable al tratar de tener el menor número de viajes de los buques, las tuberías que conducirían el gas una vez bajo temperatura ambiente (que afectarían el territorio pues deberían ir enterradas) que irían a las plantas termoeléctricas, pues éstas son las que hacen el negocio rentable por los volúmenes que consumen. Esto último es el lado más negativo del proyecto pues implica grandes inversiones que requieren que el proyecto funcione por treinta o cuarenta años, y esto significa que Canarias aparque el uso de las energías renovables en un horizonte muy largo. Por otro lado nada garantiza que Canarias tenga un suministro confiable en el tiempo, a las velocidades de consumo actuales es evidente que el gas será uno de los primeros en agotarse.

La cantidad de argumentos en contra de un puerto y sus proyectos conexos más parece que fue el resultado de una ilusión desarrollista que real, bajo una concepción de tanta incertidumbre como es el escenario actual vale la pena hacer las cosas a conciencia y con proyectos a una escala real y sin comernos las islas, es importante concienciarnos que Canarias no es la “península” que tiene capacidad de amortiguación ante los impactos del crecimiento, Tenerife y Gran Canaria ya no pueden dar más territorio, debemos incrementar la productividad de lo que tenemos y no a base de más intervención.

1 comentario

gabriel -

Es una vergüenza que nos tomen el pelo asi de esta manera. Pero, si finalmente nos consiguen endilgar esta mostruosidad, lo mereceremos como pueblo. Pues no es otra nuestra realidad que el aborregamiento y el conformismo.
Resitir, si, es la única alternativa. Pero ¿como? ¿Donde estan los espacios de concienciación para este y otros temas? ¿Le interesa a la gente? En una sociedad tan materialista y egoista como la vemos crecer (no desarrollar, no confundamos), lo único que puede hacer reflexionar a la gente es su puto bolsillo. Tal vez sea una clave esta. ¿Qué será más caro, energias renovables o la mierda del gas y el petroleo? Si se consigue realizar un estudio serio sobre esto y presentarlo a la población de manera muy, pero que muy sencillita y comprensible (lejos de pedanterias intelectualoides, lejos de egocentrismos partidistas, lejos de intereses personales), me parece un camino.
Es una idea.
¡Saludos desde barcelona!