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PARALIZACIÓN DEL DECRETO DE COEXISTENCIA DE TRANSGÉNICOS

PARALIZACIÓN DEL DECRETO DE COEXISTENCIA DE TRANSGÉNICOS PARALIZACIÓN DEL DECRETO DE COEXISTENCIA DE TRANSGÉNICOS

En una reunión ayer con Elena Espinosa, en la que estaban representadas más de 50 organizaciones, ésta se comprometió a paralizar el proceso de aprobación de una normas de coexistencia que hubieran significado la contaminación irreversible de la agricultura española.
Los representantes de una amplia coalición de organizaciones agrarias, ecologistas, sindicales, de apoyo al sector de la agricultura ecológica, de certificación en agricultura ecológica o de consumidores entre otras se reunieron ayer con la Ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, para transmitirle su profunda preocupación por el último borrador disponible del Proyecto de Real Decreto de Coexistencia, el cual, de aprobarse, provocaría la presencia irreversible y generalizada de los transgénicos en la agricultura y eximiría de toda responsabilidad a quienes generen contaminaciones genéticas de cultivos ecológicos o convencionales.
Los representantes de la coalición recibieron con optimismo la apertura de la Ministra al diálogo y valoran positivamente las afirmaciones según las cuales se paraliza el proceso de aprobación del actual borrador de Real Decreto de coexistencia entre cultivos modificados genéticamente y cultivos convencionales y ecológicos y se inicia un nuevo proceso de redacción de normas de coexistencia en el cual estarán presentes todos los sectores de la sociedad civil implicados. Tal y como recalcó Elena Espinosa, el asunto de la coexistencia es sumamente complejo y necesita más reflexión en nuestro país. En este sentido, las organizaciones de la coalición aprecian el gesto de apertura de la ministra, transmitiendo una sensibilidad del ministerio hacia las preocupaciones de una amplia franja de la sociedad civil por primera vez desde que se cultivan organismos modificados genéticamente en España.
Tras este primer paso, las organizaciones implicadas esperan que estos compromisos adquiridos verbalmente por Elena Espinosa se concreten en un cambio real en la política de transgénicos y se diseñen unas normas de coexistencia que permitan la supervivencia de una agricultura sin transgénicos que no sea constantemente agredida por quienes comercializan este tipo de tecnologías.
Entre los aspectos fundamentales que las organizaciones esperan ver reflejados en un nuevo borrador de Real Decreto de Coexistencia, y que se encuentran recogidos en un documento de consenso del que se le hizo entrega, se encuentran los siguientes:
- Las normas de coexistencia deben garantizar que el nivel de contaminación por OMG de los cultivos convencionales libres de transgénicos y ecológicos sea el mínimo posible, garantizando con ello a medio y largo plazo el mantenimiento de la agricultura no transgénica.
- La tolerancia de presencia de material transgénico en lotes de semillas no transgénicas debe ser el 0 técnico (actualmente 0,1 %, es decir, el nivel de detección) para garantizar el futuro de una agricultura libre de transgénicos.
- El establecimiento de distancias entre campos de OMG y no OMG deberá fundamentarse en conseguir el objetivo de preservar los cultivos convencionales y ecológicos totalmente libres de transgénicos, tomando en cuenta numerosos factores tales la cercanía a campos de OMG, las condiciones geográficas, etc.
- Debe establecerse la obligación para el agricultor que quiera sembrar semillas de OMG de declarar, con tres meses de antelación su intención de utilizar dichas semillas y la localización de las parcelas. Además, esta información debe ser pública, salvaguardando en todo caso los datos de carácter confidencial establecidos legalmente.
- Es imprescindible que se establezca un régimen de responsabilidad donde se especifique claramente que los responsables de la liberación al medio ambiente de los OMG, sean los que asuman los costos económicos o de otra índole de los daños causados, excluyendo a los agricultores que cumplan con la legalidad.
- También se justifica el reconocimiento del derecho a las autoridades locales y regionales de declarar su zona libre de transgénicos, como estrategia de protección de su medio ambiente y paisaje, su cultura y patrimonio, sus semillas y prácticas agrícolas, su desarrollo rural sostenible y su futuro económico.

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