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FUERTEVENTURA: 9 CEÁCEOS VARADOS EN LO QUE VA DE AÑO

NUEVE CETÁCEOS HAN APARECIDO EN PLAYAS DE FUERTEVENTURA EN LO QUE VA DE AÑO

El del pasado viernes fue el noveno varamiento de un cetáceo en Fuerteventura en lo que va de año, uno menos que en el mismo período del año anterior, a pesar de que este año a diferencia de en 2004 ninguno de los mamíferos hallados perecieron a consecuencia de maniobras militares practicadas en el Archipiélago.

CANARIASAHORA (23/08/05)
El primer animal hallado por los técnicos de Medio Ambiente del Cabildo de Fuerteventura fue un ejemplar de delfín de la especie hocico estrecho o de dientes rugosos (steno bredanensis). Este animal de 2,30 metros de longitud fue localizado en La Lajita, Pájara, el pasado mes de enero.

El segundo y tercer mamífero marino fueron avistados en la zona norte de la isla. Se trataban de dos ejemplares de rorcuales comunes (balenoptera physalus) de 20 y 14 metros de longitud hallados en avanzado estado de descomposición en el mes de febrero que junto con marzo y abril son los meses en los que la presencia de esta especie en aguas de Fuerteventura es mayor.

Un delfín gris (grampus griseus) y un delfín listado (stenella coeruleoalba) fueron los siguientes cetáceos que pasaron a engrosar la lista de varamientos en 2005, los dos eran ejemplares adultos con un peso superior a los 400 kilos.

En el mes de abril fue localizado un nuevo zifio muerto, días después de que la OTAN diera por finalizadas las maniobras militares que llevó a cabo en la isla. Aunque en un principio todo apuntaba a que el mamífero podría haber varado a causa de los ejercicios militares, la necropsia y posteriores análisis descartaron esta posibilidad.

En mayo del presente año unos pescadores avistaban el cadáver de un ejemplar del animal dentado más grande del mundo, es decir, de un cachalote o también conocido como ballena de esperma (physeter macrocephalus), que presumiblemente, falleció a consecuencia de las heridas que le ocasionaron las hélices de una embarcación.

El varamiento anterior al del pasado viernes fue descubierto el pasado mes de junio también en el sur de la isla. En esta ocasión no se pudo conocer la especie a la que pertenecía el cetáceo por el estado de descomposición que presentaba.

El del pasado viernes fue, por tanto, el único varamiento activo -animal encontrado vivo cerca de la orilla- que se ha dado en lo que va de año en las costas majoreras frente a los dos de 2004.

En ninguno de los tres casos los animales rescatados lograron superar varias horas tras su puesta en cautividad, algo natural, si se tiene en cuenta que el acercamiento de este tipo de mamíferos a la orilla implica que existe una anomalía, o bien conductal o bien física, que terminan por desencadenar su muerte a pesar de los esfuerzos de técnicos, científicos y patólogos.

Algunos expertos apuntan a una anomalía en la conducta la que hiciera llegar a la cría de zifio el pasado viernes a la orilla “puede que no tuviera desarrollada todas sus capacidades al ser un animal prematuro y no fuera capaz de seguir a su madre”.

En lo que sí coinciden los expertos es “el destino de un cetáceo varado en la costa es morirse”, señaló el técnico de Medio Ambiente del Cabildo de Fuerteventura, Toni Gallardo.

A pesar de que los primeros esfuerzos pueden parecer centrarse en intentar salvar la vida del animal, los técnicos, luchan por conseguir mantenerlos con vida el mayor tiempo posible porque “en ese tiempo vamos ganado conocimientos médicos para poder obtener patrones que nos permitan conseguir que los siguientes permanezcan más tiempo con vida”, apostilló Gallardo.

Los científicos apuntan a las maniobras militares como principal causa de varamiento de cetáceos. El mayor registrado en Fuerteventura fue en 2002 cuando se localizaron 14 ejemplares varados coincidiendo con las maniobras Neotapón 2002.

Sin embargo, también existen otras causas relacionadas con la aparición de patologías en los animales o con los las acciones de las hélices de las líneas marítimas que operan en las Islas, barcos de pesca o con los choques con este tipo de embarcaciones.

En estos casos, las cifras de varamientos podrían disminuir si se llevase a cabo un estudio exhaustivo del tamaño de la población de estas especies en zona en las que a priori se conoce su existencia como en Fuerteventura. Para ello sería necesario “un estudio acústico” y otro fotográfico que consistiría “en la foto identificación de los ejemplares a través de las aletas”.

Estos estudios podrían demorarse años pero desde el Cabildo majorero se asegura que a la larga podrían ser beneficiosos para evitar que una de las principales riquezas marinas del mundo quede libre de las muertes de estos animales por la acción del hombre.
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